LA DIALOGICIDAD COMO SUPUESTO ONTOLÓGICO
Y EPISTEMOLÓGICO EN PSICOLOGÍA SOCIAL.
La dialogicidad
es un concepto aun poco discutido, debido a su complejidad, en el campo de la psicología
social, la dialogicidad no puede ser definida solo con el ego y el alter como
nociones abstractas o esquemáticas, sino con sus manifestaciones concretas.
Ambas perspectivas expresan una tendencia epistemológicas aún en proceso de consolidación.
En otras palabras corroboran un entramado teórico conceptual, cuyos hilos se originan en diferentes puntos, destacando
el llamado “giro lingüístico” en filosofía y en ciencias Humanas y Sociales, y
en las reflexiones proporcionadas por el posestructuralismo y por el
construccionismo social, en dialogo con las repercusiones actuales de la psicología
implicada en el marco histórico cultural.
El movimiento
conocido como “giro lingüístico” empezó en la segunda mitad del siglo xx, bajo
la influencia de la filosofía del lenguaje tales como Gadamer (1981), Ricoeur (1986)
Wittgenstein (1979), quienes han colaborado para un cambio de perspectiva en la
aproximación al lenguaje en el debate filosófico. La antología es un campo del
conocimiento que se dedica a la investigación y comprensión de la naturaleza,
del mundo, del ser humano, es decir, de
todo lo que existe o que estructura
realidad.
El acto de representacional y la triada dialógica
Es un
concepto polisémico en el campo de las ciencias humanas y sociales, para
algunas teorías, en especiales en la psicología cognitiva, la representación está
asociada a modelos basados en el procesamiento de la información y en el estudio
de la “metáfora computacional” de la
inteligencia artificial. Tales esfuerzo han producido o reforzado de acuerdo
con Jodelet (2005) la concepción de los procesos mentales desprendidos de los
lazos sociales. En esta perspectiva, los saberes, es decir las representaciones,
son estudiadas a partir de sus estructuras diferenciadas sus contenidos y
formas saber procedimental lo que enfatiza la importancia de la memoria.
Cuando
hablamos de un “saber” o una “representación”, nos referimos a algo que tiene
un carácter referencial y constructivista. Lo referencia remite siempre a la representación de un objeto, es decir, ocupa
el lugar de alguna cosa, representa algo; y, en este sentido también construye
y reconstruye la realidad.
Ser humano, ser social
La pedagogía
de la liberación defiende una concepción de ser humano y de la experiencia
vital vinculada a lo inacabado o incluso, donde hay vida, hay inacabamiento,
posibilidad de cambio y de ser más. A medida que el ser humano desarrollo
habilidades, el soporte se ha convertido en mundo, y la vida se ha convertido
en existencia.
En el
momento en que los seres humanos, interviniendo en el soporte, han ido creando
el mundo intentando el lenguaje con el que pasaron a nombrar las cosas que hacían
con la acción sobre el mundo, a medida que se han ido habilitando para entender
el mundo y crearon, en conciencia, la necesaria comunicabilidad de lo
comprendido, ya que no ha sido posible existir sin asumir el derecho y el deber
de potar de decidir, de luchar, de hacer política. La existencia humana el
lenguaje, la cultura y la comunicación, de forma mucho, más profunda que la vida.
Para teorías, el ser humano, como ser de relaciones con otros y con el contexto
donde vive, es capaz de aprehender la realidad y de actuar sobre ella. Lo que
lo diferencia de otros seres es, específicamente, su capacidad de dar
respuestas a diversos desafíos que la realidad le impone.
La dialogicidad y la posibilidad de
cambios o transformación social
La
dialogicidad para ambas perspectivas aparece como una cuestión existencial, la
trs afirman que el origen del lenguaje y del pensamiento es social, establecido
a partir de las relaciones, la pedagogía de la liberación, a su vez, dice que el
dialogo, o la dialogicidad, es el punto de partida de lo humano es el movimiento
constructivo de la conciencia. Es el dialogo, “el que fenomeniza e historiza la
esencial intersubjetividad, él es relacional, y en él, nadie tiene iniciativa
absoluta.
Según
Freire, podemos así encontrar un ser humano adoptado y acomodado a su realidad,
como un ser humano integrado, es decir un ser sujeto. En esta afirmación hay
una dicotomía entre hombres mundo. Son sujetos en el mundo, y no con el mundo y
con los otros. La etnicidad de la existencia reside justamente en el
reconocimiento del “otro” como distinto del “yo”, estableciendo relaciones
dialógicas, constructivas y de conversión. Toda nuestra postura implica una
dimensión ética. Y nuestra ética se diferencia según nuestra actitud relacional
hacia el otro toda vez que es en la convergencia del encuentro que se devela
nuestro horizonte ontológico.
Por otra parte, “nadie es ético para sí mismo; somos éticos en relación con los otros. En este mismo sentido, hablar de ética, según Guareschi (1998 y 2008), es hablar de justicia. La ética, desde Aristóteles, es comprendida como justicia. Y la justicia, a su vez, es comprendida como relación, pues nadie puede ser justo en soledad. “Es en la relación con el otro que nos tornamos, o no, justos. Así, ser ético, ser justo, significa que mi acción que siempre es en relación con otros es correcta, pues no hiere los derechos de nadie. Hablar de ética, por lo tanto, siempre es hablar de ética de las relaciones.
Por otra parte, “nadie es ético para sí mismo; somos éticos en relación con los otros. En este mismo sentido, hablar de ética, según Guareschi (1998 y 2008), es hablar de justicia. La ética, desde Aristóteles, es comprendida como justicia. Y la justicia, a su vez, es comprendida como relación, pues nadie puede ser justo en soledad. “Es en la relación con el otro que nos tornamos, o no, justos. Así, ser ético, ser justo, significa que mi acción que siempre es en relación con otros es correcta, pues no hiere los derechos de nadie. Hablar de ética, por lo tanto, siempre es hablar de ética de las relaciones.
buenas noches profesora le envió mi resumen.
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